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Voy a refrescarle la memoria.
Hace unos meses, varios, muchos, una noche, pasadas las 24, frente a la Confitería del Molino, Ud. tuvo un breve apuro. Quería acompañar a una amiga hasta su casa, en Villa No Sé Cuantos. El automóvil costaría, según sus calculos, 3 o 4 pesos. Como Ud. no tenía ninguno, yo le presté diez. De modo que Ud. pudo irse con la chica, solos los dos, y juntos, dentro del auto y bajo la noche. Y de seguro que no pasó nada. ¡Nunca pasa nada entre Ud. y una mujer!