Huye del sol, el sol, y se deshace
la vida a manos de la propia vida
del tiempo, que a sus partos homicida,
en mies de siglos las edades pace.
Nace la vida y con la vida nace
del cadáver la fábrica temida;
¿qué teme, pues, el hombre en la partida,
si vivo estriba en lo que muerto yace?
Lo que pasó ya falta; lo futuro
aún no se vive; lo que está presente,
no está, porque es su esencia el movimiento:
lo que se ignora es sólo lo seguro;
este mundo, república de viento
que tiene por monarca un accidente. [versión de la colección Salvat
-difiere en puntuaciones, acentuaciones etc.]