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[la sociología y el orto]
Una de las cosas más hermosas del post-2001 fue la manera casi natural en que la mittelklasse sintonizó el minimalismo y el retro con el design de una nueva sensibilidad progresista despojada y muy sensible a las nuevas plataformas de circulación que ofrecía internet, cuando lo que en realidad pasaba era que no había plata ni recursos porque la Argentina estaba en default y la clase media se desintegraba. Es bello, realmente bello, el movimiento de hacer pasar la carencia por recurso, como ese verso "ni es cielo ni es azul". La idea de que lo uncool es el nuevo cool fue el credo legalizador por excelencia en una metrópolis de la periferia sudamericana como Buenos Aires, amenazada en esos años por el avance inexorable de la cumbia villera (lo uncool-uncool). En este contexto es que se da, como dice La Colorada, la batmanización de ciertas zonas de los sectores medios: jóvenes que, en contextos sumamente desafiantes arman su PyME y producen y comercializan cultura (diseño gráfico, de indumentaria, música, novelas) artesanalmente, con sus equipitos de segunda mano y la creencia de que la épica de la autogestión los exonera de una condición de clase que se vive con culpa; un fenómeno tipicamente urbano y argentino.