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[Cualquierismo del sentimiento trash]
De lo trash como materia al trash como formato, apoteosis pop de lo efímero, poesía vuelta papeles sin importancia, como Romina Freschi, sentándose con aire inocente y declarando: “voy a leer el poema que escribí esta tarde”, a los ilegibles libros de Belleza y Felicidad o Eloísa Cartonera, la fragilidad de la poesía puesta en acto, se ha recorrido un camino: provocador y divertido, en la estela de las vanguardias, parece destinado a agotarse en su propio gesto, en la medida en que posee un único significado: la vacuidad del gesto mismo (lo que quiere decir: aceptación del fracaso de las vanguardias, imposibilidad de relacionar al arte con la vida, falta de función del artista en la sociedad, falta de función social y aún humana de la poesía, etc).