skip to main |
skip to sidebar
Para mí (que tengo con la literatura una relación penosamente existencial), sólo se trata de poder seguir escribiendo (sé que hay otros y otras para quienes la literatura también se parece más a una experiencia que a un bien de cambio, y por eso no me siento solo. Me gustaría hablar, pues, de experiencias literarias y no de resultados observables o cuantificables: la experiencia del presente, la experiencia de las nuevas tecnologías (y los agenciamientos que las involucran), la experiencia del murmullo y el silencio, la experiencia del nombre propio y la experiencia de la disolución de las identidades, la experiencia del Estado o de su ausencia, la experiencia de lo trash de mercado (los premios literarios, las efemérides, las ferias y los festivales). En suma, para decirlo lo más modernamente posible, la experiencia del capitalismo.