El anarquismo me irrita, sobre todo las doctrinas vulgares que hacen la apología
de criminales de derecho común. Las prácticas de la Gestapo puestas a la luz del día muestran la profunda afinidad
que une al hampa con la policía: nadie más inclinado a torturar, a servir
cruelmente al aparato de la coerción que hombres sin fe ni ley. Odio incluso a esos débiles,
de espíritu confuso, que piden todos los derechos para el individuo: el límite
de un individuo no está solamente dado por los derechos de otro, sino aún más
duramente lo está por los del pueblo. Cada hombre es solidario del pueblo, comparte sus sufrimientos
o sus conquistas, sus fibras son parte de una masa viva (sin estar por esto
menos solo en los momentos graves).
Primavera 2024 (9)
Hace 1 día