miércoles, 18 de febrero de 2009

Lo difícil es ser querido y leído después de muerto




-Tengo cierto público. Pero hablemos en serio, mire lo que le pasó a Marechal. Me preocupa mucho. El era un socio fundador de la literatura argentina. Su novela Adán Buenosayres es una novela fundacional. A principios de la década del 60, mi querida yo se lo puedo asegurar, no había nadie, no sólo entre los intelectuales, que no hubiera leído Adan Buenosayres. Ahora no lo lee nadie. En cambio tenemos la avenida Leopoldo Marechal. ¿Y qué ganamos con eso? Me preocupa que me pase lo mismo.


-Con la cantidad de libros que ha publicado...


-Dieciocho con este.


-¿Por donde debería pasar el reconocimiento?


-Hace muchos años alguien, un escritor o dibujante, me dijo: “Mientras él vivía era medianamente conocido”. Ahora que está muerto, está totalmente olvidado. (se ríe). El objeto llamado carne o cuerpo tiene mucho poder en el sentido de que mientras sigas vivo e hinchado las pelotas, va a haber gente que te siga, te lea, te quiera. Lo difícil es ser querido y leído después de muerto. La obra para la cual uno trabajó, el destino.