
¿Por qué? Es sencillo: porque de querer vivir todas las vidas, pasé a querer escribir todas las novelas, todos los libros. Quise y quiero ser un escritor único, el único capaz de escribir al mismo tiempo un libro infinito, capaz de resumir todas las lecciones de mi estilo y de contener al mismo tiempo la diversidad de estilo de todos los libros ajenos, y otro libro, aquel que (incluyéndose en el orbe que es mi firma) sumara en sucesión todos los posibles: el libro eterno de la transformación de un libro en otro y otro y otro, hasta la desaparición final.