Nunca vi completo el programa televisivo de Diego Capusotto. Apenas algunos minutos, el año pasado, mientras duraba el cierre, acá en el diario. Pero bastó para advertir que hay algo en ese tipo de humor, notable también en ciertas opciones de algunos artistas y en algunas revistas, que me parece un poco perturbador: el cinismo. ¿En qué consiste este cinismo? El mecanismo es el siguiente: alguien se ríe de objetos (canciones, video clips) ridículos y, al mismo tiempo, disfruta con ellos. Esto le otorga una posición de aparente superioridad; después de todo, se burla de algo que los demás, algunos, toman en serio. Pero la superioridad es aparente porque el caso es que la burla está dirigida a objetos que no merecerían ser tomados ni siquiera en broma, mientras que, por otro lado, quien se burla es cómplice de aquello burlado. Sin embargo, lo que sería soberbia se revela en verdad algo peor; se revela cinismo: el que se burla se abandona sin embargo al objeto de la burla . Lo encuentra ridículo y, aun así, le gusta. (No hay que confundir esto con la sensibilidad kitsch, que cree sinceramente que accede a una experiencia estética superior). Se trata de una variedad masiva y degradada del camp. En 1964, Susan Sontag había llamado camp a esa sensibilidad que consiste en gozar estéticamente con aquello que se sabe “malo” (tomemos alguna distancia de la palabra). Lo camp no produce ningún cambio. Sontag misma lo deja en claro cuando imagina al conocedor de lo camp en oposición al dandy del siglo XIX: “El dandy del viejo estilo odiaba la vulgaridad –escribe–. El dandy del nuevo estilo, el amante de lo camp, aprecia la vulgaridad. El dandy se acercaba un pañuelo perfumado a la nariz y no era difícil que se desmayara; el connaisseur de lo camp huele un tufo pestilente y se enorgullece de la fortaleza sus nervios.” Podemos suponer que el viejo dandy daría vuelta la cara; produciría un cambio: el alejamiento del hedor, en todo caso. El otro dandy, el del camp, ni eso.Cínica, la sensibilidad camp marca el triunfo del relativismo y, contra lo que podría parecer en primera instancia, la suspensión del juicio crítico. Tal vez por eso a Capusotto le va tan bien y es tan admirado.
[Capusotto-Campi versión PERROne]