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Capusotto aburre, sus personajes aburren: el borracho, el nazi, el chacarero, el rockero idiota, el señor amable y maltratado, bueno: aburren, al segundo corte ya sabés que viene en el tercero y cómo sigue la próxima semana. Arnaldo Pérez Manija, en la radio, está mejor, porque dura cinco minutos y uno lo escucha por youtube a cualquier hora. Pero justamente, los noticieros de la mañana, los radiales y los televisivos, son menos previsibles que la parodia de Capusotto o las tapas malditas de Barcelona. Hay muertos de verdad, tullidos de verdad, periodistas idiotas de verdad, puteadas de verdad. Esto es una copia exagerada y aumentada de esa idiotez milenarista pero en joda.
Populismo de verdad, a los gritos: ¡Tangalanga, Corona! ¡Vuelvan! Están perdonados. Esos tipos te dicen que un jefe de gabinete tiene que ser alguien como Aníbal Fernández o Corach. Capusotto no se decide entre Laclau o Lévi-Strauss.