domingo, 13 de junio de 2010

Contra el más usual de los idiotas: el lector



Pero en un medio donde nadie confía en su propio juicio ni tampoco en el juicio de los demás (esta es la desventaja de las culturas que viven del exceso de la importación), donde no hay personas capaces de imponer un valor, un libro imprevisto no podía obtener prestigio.