Un ateo, para ser ateo, necesita de una fuerza que es muy difícil de encontrar en la especie humana, y es la razón por la que en comparación hay tan pocos ateos. Lo que Hawking viene a decirnos es en definitiva lo que todos los ateos sospechábamos desde un principio, esto es, que estamos solos en el universo, en el país, en la ciudad, en el barrio y en la calle.
La última filóloga
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