Un ateo, para ser ateo, necesita de una fuerza que es muy difícil de encontrar en la especie humana, y es la razón por la que en comparación hay tan pocos ateos. Lo que Hawking viene a decirnos es en definitiva lo que todos los ateos sospechábamos desde un principio, esto es, que estamos solos en el universo, en el país, en la ciudad, en el barrio y en la calle.
Alegoría de la política
Hace 24 minutos